marzo 27, 2019 Noticias No hay comentarios

Desde el inicio, sabíamos que el éxito del Proyecto LIFE Feeding Scavengers dependía de la colaboración con los ganaderos. Así, se ha informado de las actuaciones y de los beneficios de la gestión de los cadáveres de la ganadería como alimento para aves necrófagas a más de 2.000 profesionales. La información siempre ha sido cercana y directa. Se ha contado con la colaboración de 26 asociaciones, cooperativas, ADS, sindicatos y otras organizaciones ganaderas, que han facilitado el contacto con los ganaderos. Se han organizado 28 reuniones informativas en otras tantas localidades de 6 provincias, con asistencia de más de 530 ganaderos. Y, se ha llevado a cabo un gran esfuerzo directo en el campo, realizando más de 298 entrevistas directas, informando a los ganaderos de la nueva opción de gestión, aprovechando el “servicio de retirada gratuito” que prestan las aves necrófagas.

Se han establecido acuerdos de colaboración con propietarios de 518 explotaciones extensivas, y con otras 33 explotaciones o establecimientos que realizan aportes en pequeños muladares instalados en zonas de interés para la alimentación suplementaria del buitre negro, milano real o alimoche. Las explotaciones con las que se han establecido acuerdos suman una cabaña en extensivo de aproximadamente 139.500 cabezas de ganado mayor y menor, con un área de influencia en el territorio de más de 500.000 ha.

Hasta agosto de 2018 habían sido autorizadas 355 explotaciones colaboradoras de ganadería extensiva, que sumaban 85.793 ovejas, 5.711 cabras, 2.257 vacas, 3.873 cerdos y 442 caballos. La mortalidad anual asociada a este ganado supone unos 376.000 kg de biomasa no incinerados y que pueden ser consumidos por las aves necrófagas. Al beneficio económico y de tiempo para el ganadero, se suma el beneficio para las aves necrófagas y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (al eliminar el transporte de los cadáveres hasta las plantas de tratamiento y las emisiones derivadas de la incineración de estos cadáveres, reducción de 30 Tm/año de CO2).

Foto: Buitre negro (Aegypius monachus), especie prioritaria del proyecto.

Escrito por Fundación CBD-Hábitat